Ya sin fiebre, miro por la ventana:
la niebla cubre la calle;
pronto amanecerá.
jueves, 26 de noviembre de 2009
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¿Por qué los toros se mueren por la lluvia?
Cuenta Cristina Pabón:
En la radio del coche, el locutor dijo: «A la muerte del tercer toro, por causa de la lluvia se suspendió la corrida.»
Cuando llegaron a casa, Ana estaba pensativa:
–Papá, sigo sin entenderlo: ¿por qué los toros se mueren por la lluvia?
La mañana, ese pañuelo de la esperanza.
ResponderEliminarBreve poema, pero evocador.
Un abrazo
Creo que este año no va a librarse nadie. (Ni de la gripe ni de la niebla ni del amanecer)
ResponderEliminarla ciudad virus
ResponderEliminarDespués de un mes ya estarás radiante, me acerco a estos versos para saber de tí, hace tiempo que añoro verte. Tus poemas me siguen conmoviendo y me traen tu mirada cálida y humana. Un abrazo. Blanca.
ResponderEliminarComo no agradecértelo, blandamente.
ResponderEliminarHace unos años me regalaron un libro suyo, hace años que escribo en EEUU y sin embargo tu voz suena a ternura, a niños adulterados, como lo que absorbí viendo el pegamento de la vieja Europa...
ResponderEliminarmi Amén más sagrado que las Olas del Mar.
La Adelfa Blanca
qué bonito :)
ResponderEliminarte sigo, un beso!
... y tu tras el cristal
ResponderEliminarhilando versos
como
la luna en el agua :-))
¡Qué bueno que existes txiki!
Una preciosidad. Vengo a visitarte desde el blog de Jesús Miramón.
ResponderEliminarSaludos