Vino un ángel y me dijo:
«Estás muriéndote de sueño pero no puedes dormir.»
La noche es fresca: huele a árboles oscuros
(la luna no ha salido aún).
«Hace frío pero, envuelta en la manta,
sientes el calor de tu propio cuerpo
—me dijo el ángel—.
Nada va bien,
pero todo está bien.
Todo está bien.»
domingo, 8 de febrero de 2009
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Una conversación "divina" ;-)
ResponderEliminarBesos de abrigo y de dulces sueños,
Glor
Querida Berna, tienes esa extraña capacidad de acetar con tres o cuatro palabras; para decir lo que el otro siente en ese momento, no en otro, sino en ese, en ese (Nada va bien / pero todo está bien). Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarMe pareció precioso cuando lo leíste en Murcia, y al releerlo ahora toma aún más sentido
ResponderEliminarSaludos